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Una señal es la desaparición de la curiosidad
El psicólogo estadounidense Mark Travers ha identificado tres señales sutiles de que tu pareja no es feliz en una relación.
«En algún momento de la relación, las parejas suelen entrar en modo «piloto automático». Esto es especialmente cierto en las uniones duraderas. Ocurre gradualmente: la rutina se impone, las conversaciones se vuelven monótonas y la vida en común empieza a parecerse más al cumplimiento de obligaciones que a una verdadera comunicación», señala en su artículo para Forbes.
Según el psicólogo, a primera vista puede parecer que todo va bien, pero al amparo de la habitualidad, la insatisfacción puede acumularse silenciosamente.
«El peligro no reside en la rutina o la comodidad en sí, sino en el cambio de pensamiento que surge del ‘piloto automático’. Cuando la pareja empieza a pensar que ya se conoce por completo, se esfuerza menos. La curiosidad desaparece y cada día se vuelve similar al anterior, como si no hubiera nada que redescubrir», añade Travers.
Según explicó la psicóloga, primero desaparecen los gestos pequeños pero importantes, y luego los grandes esfuerzos en la relación. Con el tiempo, la energía que solía alimentar el amor se desvanece. La pareja empieza a hacer sólo lo mínimo para mantener viva la conexión, y a veces nada en absoluto.
Así es como la insatisfacción se cuela en la vida sin que nos demos cuenta. Por eso es importante detectar a tiempo las señales sutiles de que tu pareja se siente menos feliz de lo que demuestra. Éstas son las tres señales de que la insatisfacción puede estar acechando en tu relación, según la psicóloga:
Las conversaciones pierden las preguntas abiertas
Uno de los signos más sutiles es la desaparición de la curiosidad. Aunque creas conocer íntimamente a tu pareja, ésta sigue cambiando y evolucionando. Si mantienes el interés por sus pensamientos y sentimientos, seguirás conectado. Un estudio de 2012 publicado en el Journal of Social and Personal Relationships concluyó: no sólo es importante compartir cosas personales, sino también escuchar. Escuchar atentamente crea una sensación de cercanía y similitud que fortalece las relaciones.
Resistencia pasiva en lugar de debate abierto
A veces la discordia se manifiesta en cosas que no existen. La pareja deja de cumplir promesas, pospone decisiones, evita conversaciones. Puede que no parezca un conflicto, pero poco a poco va creando distancia. Este estilo de comunicación se denomina «dinámica de demanda-evitación»: uno insiste en la discusión, el otro se repliega sobre sí mismo. Un metaanálisis de 74 estudios en los que participaron más de 14.000 personas descubrió que este patrón de comunicación reduce la satisfacción de ambos miembros de la pareja y es especialmente destructivo para las relaciones ya de por sí tensas. Incluso los pequeños comportamientos -respuestas tardías, promesas olvidadas, evitación de la conversación- señalan una insatisfacción subyacente.
El lenguaje del «nosotros» está desapareciendo
La forma de hablar de una pareja revela mucho. En las parejas felices, «nosotros» y «nuestro» son más frecuentes: «Vamos a probar este restaurante», «Nuestros planes para el fin de semana». Esto crea una sensación de unidad. Cuando el discurso está dominado por el «yo» y el «tú», es señal de desunión. Un estudio publicado en Psychology and Aging confirma que las parejas que utilizan más a menudo el «nosotros» experimentan emociones más positivas y una mayor satisfacción en la relación. Cuando predominan el «yo» y el «tú», hay más reacciones negativas y menos satisfacción.
«Las relaciones no se quedan quietas. Cada día se desarrollan o pierden gradualmente intimidad. Y si todo parece ir ‘viento en popa’, también se trata de una elección: la de ignorar las sutiles señales que indican que la pareja puede ser infeliz», afirma Travers.
