Foto: de fuentes abiertas
La condensación puede ser fuente de hongos, moho y malos olores
Durante las estaciones más frías, muchos residentes se enfrentan al problema de las ventanas empañadas. Esto se debe a la condensación, la humedad que se forma cuando el aire caliente del interior choca con el cristal frío.
Las principales causas son la elevada humedad en la habitación (por ejemplo, debido a una ventilación inadecuada) y las bajas temperaturas de la superficie de las ventanas, sobre todo si la calefacción es deficiente. Cuando el aire caliente se enfría sobre el cristal frío, el exceso de humedad se deposita en las ventanas.
La condensación puede ser fuente de hongos, moho y malos olores. Una forma sencilla y asequible de evitarlo es el bicarbonato sódico.
Para preparar la solución, disuelve una taza de bicarbonato en una taza de agua hasta que quede espesa y homogénea. Aplica la mezcla a un paño húmedo y limpia bien las ventanas; después, pasa un paño limpio y seco. El bicarbonato absorbe el exceso de humedad y evita la condensación.
Los desecantes especiales o los recipientes abiertos de sal, arroz o cal también pueden ayudar a eliminar el exceso de humedad de la habitación. Absorben eficazmente el exceso de humedad.
Las ventanas y puertas mal aisladas también contribuyen a la condensación. En este caso, se recomienda aislarlas o utilizar cortinas aislantes. Si se produce condensación incluso después de adoptar estas medidas, se debe consultar a un especialista para que ajuste el sistema de ventilación del piso.
