Todas las relaciones tóxicas tienen algo en común, y no son los celos

Foto: de fuentes públicas

Pero existe una oportunidad para romper el ciclo,

La mayoría de la gente se ha encontrado al menos una vez en una relación que dejó tras de sí no sólo recuerdos, sino profundas heridas. Puede haber sido un «chico malo» o una «mujer fatal» que traicionó tu confianza, o una pareja que parecía perfecta pero que poco a poco fue destruyendo tu autoestima.

Como escribe la terapeuta matrimonial y familiar Tasha Seiter para Psychology Today, común a todas esas historias es la falta de sensación de que realmente te valoran y se preocupan por tu bienestar. En una relación sana, dice, hay una sensación de seguridad, apoyo e importancia. Tu pareja te escucha atentamente, dedica tiempo a comunicarse contigo y te demuestra con pequeñas acciones cotidianas que eres importante para ella.

Pero cuando no existe esa sensación, el cerebro percibe la situación como una amenaza, y las necesidades emocionales insatisfechas desencadenan una respuesta de «pega, corre o quédate quieto». En lugar de una sincera petición de intimidad, la persona puede enfadarse, retraerse o mostrarse distante. El especialista señala que esto no hace sino ahondar el abismo entre la pareja, porque nadie se siente escuchado, y los conflictos se intensifican.

Posteriormente, las peleas se convierten en un círculo vicioso, porque el dolor genera nuevos ataques o distanciamientos, y así una y otra vez. No es de extrañar que muchas parejas sientan que discuten constantemente por las mismas cosas. Las discusiones pueden ser por dinero, por las tareas domésticas o por la familia, pero en el fondo siempre está la misma necesidad de ser aceptados, importantes, queridos.

¿Cómo cambiar un script destructivo?

Según Seiter, sólo se puede romper el doloroso ciclo cuando uno se da cuenta de que hay necesidades más profundas detrás del enfado o el distanciamiento. Si en lugar de culpar, se utiliza una frase como: «Me siento distante de ti y quiero saber que soy importante para ti», la conversación pasará a un plano completamente distinto. Ya no se tratará de encontrar a alguien a quien culpar, sino de querer estar más cerca.

Este enfoque requiere el valor de abrirse, de hablar con vulnerabilidad y, al mismo tiempo, aprender a escuchar a tu pareja. A veces esto requiere la ayuda de un terapeuta que sugiera cómo ir más despacio y cambiar la forma de comunicarse. Pero el especialista asegura que el resultado merece la pena, porque la relación deja de ser un campo de batalla y se convierte en un lugar de seguridad, confianza y apoyo mutuo.

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