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Este hábito destruye la conexión no directamente, sino indirectamente, creando una sensación de abandono emocional.
Hay un error común que las parejas modernas cometen una y otra vez. Y a diferencia de una pelea «puntual», tiene un efecto acumulativo y destructivo. En su artículo para Forbes, el psicólogo estadounidense Mark Travers hablaba de ello citando un estudio publicado en agosto de 2025 en la revista Journal of Social and Personal Relationships.
Estamos hablando de «phubbing», de ignorar a la persona que tienes al lado en aras de la pantalla del teléfono.
«Lo más probable es que tú mismo hayas sido autor de phubbing al menos una vez. En las relaciones en las que los miembros de la pareja pasan mucho tiempo juntos, se manifiesta de distintas maneras: alguien consulta furtivamente una notificación en medio de una conversación, alguien responde a un mensaje, dejando al otro en un silencio incómodo. Cuando uno mismo lo hace, el comportamiento puede parecer inofensivo. Pero para tu pareja, parece una batalla por tu atención, y una derrota en favor de un aparato sin alma», dice Travers.
Según él, un incidente puntual no es terrible, sobre todo si te disculpas, pero si se convierte en un hábito, tu pareja empieza a sentirse menos importante que lo que ocurre en tu pantalla. Y, según el estudio, esto puede causar daños sorprendentemente profundos no sólo en el estado emocional de la pareja, sino en la relación en su conjunto.
Los investigadores han descubierto que el phubbing destruye la comunicación no directamente, sino indirectamente: al crear una sensación de abandono emocional. Y lo más interesante: las consecuencias no sólo afectan a la «víctima» del phubbing, sino también al propio «perpetrador». La falta de ternura mutua afecta gradualmente a ambos, provocando distanciamiento e irritación por ambas partes.
«Lo trágico es que inicialmente nadie quiere hacer sentir invisible a su pareja. Pero, como demuestra el estudio, incluso la falta de atención involuntaria puede destruir la intimidad emocional con el tiempo», añade la psicóloga.
Explicó que no es necesario eliminar por completo los gadgets, pero merece la pena ser más consciente.
«Intenta bajar la pantalla del móvil cuando comas o déjalo en otra habitación cuando estés hablando. Establece zonas y horarios libres de gadgets en casa. Los teléfonos están profundamente entretejidos en nuestras vidas, pero eso no significa que deban acaparar toda nuestra atención», afirma Travers.
