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Las primogénitas maduran más rápido que los demás niños, según los investigadores
Si te preocupas mucho por tu bienestar, eres crítica con tus errores o perfeccionista, puede que seas la hija mayor de la familia. Aunque hay hijos menores, medianos y únicos que también poseen estos rasgos, se asocian con más frecuencia a las hijas mayores. Como escribe Huffpost, este concepto se conoce como síndrome de la hija mayor.
En concreto, un estudio reciente descubrió que, en realidad, las hijas primogénitas maduran más rápido que los demás niños debido al estrés que experimentan sus madres durante el embarazo.
«Esto significa que en realidad hay algo de cierto en los populares vídeos y memes sobre las dificultades de ser la hija mayor, en particular sobre tener que hacer tareas de adulto siendo todavía una niña, organizar reuniones familiares y no poder pedir ayuda a nadie. A la hija mayor no le sorprenderá que esto no sea fácil y probablemente se deprima al pensar en todas las cosas que cree que tiene que hacer», subraya el material.
Así que si quieres sentirte más feliz y realizado, los terapeutas dicen que hay una cosa que se interpone en tu camino hacia la felicidad, y es el exceso de responsabilidad.
¿Por qué se produce el «síndrome de la hija mayor»?
Como ha señalado Natalia Moore, terapeuta matrimonial y familiar licenciada de California, las hijas mayores a menudo «se sienten excesivamente responsables de su familia biológica.»
Según la psicóloga, pueden sentirse responsables de sus hermanos pequeños e incluso de sus padres. También pueden sentir que tienen que llevar la «carga mental» o las tareas invisibles necesarias para mantener a la familia, como comprar regalos de cumpleaños para un sobrino o asegurarse de que sus hermanos desean feliz aniversario a sus padres.
«Y esto puede extenderse a otras relaciones, a un sentido de la responsabilidad en sus propias familias, en casa, e incluso a un exceso de responsabilidad en el trabajo. Siempre tienen que ser ellos los que se aseguren de que las cosas se hacen y de que todo el mundo hace su trabajo a tiempo», explica Moore.
Para muchas hijas mayores, la responsabilidad es tan grande que incluso asumen el papel de padres.
«Creo que una de las características de las hijas mayores es que a menudo soportan parte de la carga parental. A veces se les dice explícitamente que son responsables. Pero a menudo es algo implícito que ocurre en el sistema familiar, donde van a ser responsables de algunas cosas de la familia», subraya Danica Harris, terapeuta somática y coach de Texas.
Según ella, ocurre especialmente en familias con más de dos hijos, con lo que la hija mayor se convierte en sustituta de los padres.
«Si hablamos de la dinámica heterosexual, aunque históricamente los padres no se hayan ocupado tanto del cuidado de los hijos o de tareas similares en la casa, casi siempre es la hija mayor la que asume ese papel. Como resultado, se forma una coalición entre la madre y la hija mayor, y es casi como si ellas dos dirigieran la casa, ellas dos dirigieran la familia», añade Harris.
Esta presión de la responsabilidad les hace sentir que no pueden molestar a sus padres.
«La mayor de las chicas casi siempre oye: ‘Tú eres la única por la que nunca me preocupo’, y es como si las pusieran en este papel de: ‘Oh, no tengo derecho a molestar a mis padres'», dice Harris.
Según la terapeuta, esto crea una gran sensación de perfeccionismo.
«Y eso lleva a la hija mayor a estar atrapada en este único papel que es muy rígido: tengo que ser perfecta…». [и] Si hacen algo mal, están sometidas a una dura autocrítica. Y como se han convertido en padres y adultos, tienen expectativas muy altas», señala.
¿Cómo puede afectar todo esto a la felicidad?
A su vez, Moore añadió «Cuando alguien asume más responsabilidades de las apropiadas o de las que puede manejar, es más probable que se sienta abrumado. Pueden agotarse. Pueden experimentar síntomas de ansiedad o depresión».
El terapeuta también dice que estas personas pueden llegar a sentirse fracasadas o culpables cuando no pueden con todo, lo que afecta aún más a su alegría.
¿Cómo superar este problema?
«El primer paso para cualquier cambio de comportamiento es la concienciación: ser consciente de tu papel, comprender y reflexionar sobre sus orígenes… darte cuenta de lo que te gusta y lo que no te gusta de tu papel», explicó Moore.
Si te gusta responsabilizarte de las cosas, no es malo, pero intenta no asumir todas las funciones y tareas sólo para ti.
«Una parte importante de este proceso será establecer límites y replantearte tu papel para que esté más en consonancia con tus valores actuales y con lo que quieres para ti ahora», añade la terapeuta.
