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Los resultados de investigaciones recientes explican por qué es importante elegir las grasas adecuadas para la dieta diaria
El aceite vegetal es un producto indispensable en la dieta, pero no todo el mundo sabe que su elección afecta a la salud del corazón y los vasos sanguíneos. Algunos tipos de grasas mantienen el nivel de colesterol «bueno» y previenen la aterosclerosis, mientras que otros, por el contrario, provocan hipertensión, obesidad y enfermedades cardiacas.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard realizaron un estudio a gran escala para averiguar qué aceite vegetal es el más saludable para el corazón y cuál es mejor excluir de la dieta.
Qué tipos de aceite vegetal son mejores para mantener la salud del corazón
- Aceite de oliva prensado en frío. Se ha demostrado que el consumo regular de aceite de oliva virgen extra reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares en un 30-35%. Es rico en ácidos grasos monoinsaturados omega-9, que reducen el colesterol «malo» (LDL) y aumentan el colesterol «bueno» (HDL). Además, los antioxidantes -polifenoles presentes en el aceite de oliva- protegen los vasos sanguíneos de la inflamación y el envejecimiento.
- Aceite de linaza. Es un auténtico campeón en ácidos grasos omega-3, que mantienen elásticos los vasos sanguíneos y reducen el riesgo de coágulos. Los científicos aconsejan añadir aceite de linaza a las ensaladas o batidos sin calentarlo, porque a altas temperaturas pierde sus propiedades terapéuticas.
- Aceite de colza. Tiene una proporción óptima de ácidos omega-3, omega-6 y omega-9. Los estudios demuestran que sustituir la mantequilla por aceite de colza reduce los niveles de colesterol al cabo de pocas semanas. Además, es resistente al tratamiento térmico, por lo que también es adecuado para freír.
- Qué tipos de mantequilla son malos para el corazón y la salud vascular
- Aceite de palma. Aunque se utiliza a menudo en la preparación de diversos alimentos, contiene demasiadas grasas saturadas, lo que contribuye a la formación de placa en los vasos sanguíneos. El consumo habitual de aceite de palma aumenta el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
- Aceite refinado de maíz y girasol. A pesar de su popularidad, contienen cantidades excesivas de ácidos omega-6, que en grandes cantidades provocan inflamación en el organismo. Son especialmente nocivos si se sobrecalientan: al freírlos se producen compuestos tóxicos perjudiciales para el corazón y el hígado.
