Foto: de fuentes abiertas
Cómo preparar la masa perfecta: un sencillo secreto de cocineros experimentados hará que las albóndigas caseras sean perfectas
Cada ama de casa tiene su propia receta para la masa perfecta de las albóndigas, pero a menudo resulta demasiado dura o se rompe al moldearla. Peor aún, cuando las albóndigas hierven en agua y todo el relleno acaba en el fondo de la olla. Para evitar que esto ocurra, los cocineros experimentados comparten métodos probados que hacen que la masa quede tierna, elástica y fuerte.
Cómo hacer la masa perfecta para dumplings que no se rompe y no se cuece
La masa clásica de las albóndigas se compone de harina, agua, sal y huevos. Pero para que sea realmente perfecta, se necesitan componentes adicionales.
- Agua caliente. Amasar la masa con agua caliente en lugar de fría activa el gluten de la harina y hace que la masa sea más elástica. Es fácil de extender y no se rompe al modelarla.
- Huevo. La proteína refuerza la estructura de la masa, y la yema le da ternura. Gracias al huevo, las bolas de masa no hierven en el agua y mantienen su forma incluso después de congeladas.
- Aceite. Si añade una cucharada de aceite vegetal o de oliva, la masa será más elástica y no se le pegará a las manos ni al rodillo. Además, después de la cocción seguirá siendo suave y agradable al gusto.
- Sal y una gota de vinagre. La sal potencia el sabor de la masa, mientras que una cucharadita de vinagre o zumo de limón ayuda a hacerla más elástica. Este truco culinario se utiliza a menudo en los restaurantes, pues la masa resulta densa pero no gomosa.
Los cocineros experimentados aconsejan que, después de amasar, se envuelva la masa en film transparente y se deje reposar durante 30 minutos. Durante este tiempo, el gluten se abre, la humedad se distribuye uniformemente y la masa se vuelve realmente suave, elástica y manejable.
Receta para una masa de dumpling perfecta
- Harina – 500 g.
- Huevo – 1 ud.
- Agua (caliente) – 200 ml.
- Aceite vegetal – 1 cda. cama.
- Sal – 1 cdta.
- Vinagre o zumo de limón – 1 cucharadita.
Mezcla todos los ingredientes, amasa la masa, déjala reposar y consigue una base que no se rompa, pegue o hierva incluso después de descongelarla.
